¿DE QUÉ VA ESTO?

Esta es la historia de un sueño que hace años parecía imposible y hoy está ahí, tan cerca que da vértigo. Cuantas veces hemos fantaseado con realizar un largo viaje sin billete de vuelta y al fin lo tenemos al alcance de la mano.

Somos Merce y Rubén de Murcia (España) y como hábilmente habréis deducido por el título de este blog, vamos a viajar en bicicleta sin un destino determinado.
Os preguntareis que nos lleva a abandonar por una larga temporada nuestra  maravillosa, y para muchos, desconocida tierra del sudeste español. Pues no se trata de una idea loca pensada de un día para otro, ni en una noche de exceso de alcohol, sino algo a lo que estamos dando vueltas desde hace muchos años, quizás demasiados. En un principio nuestra idea era hacer un viaje "normal", sin bicicletas, pero más tarde descubrimos que una bici cargada con alforjas nos abría un mundo de posibilidades que no podíamos ni imaginar. 
No somos atletas ni queremos batir ningún récord, ni siquiera vamos a hacer algo tan extraordinario; os sorprendería descubrir la cantidad de gente que se encuentra en estos momentos viajando en bicicleta por el mundo. No vamos en busca de nuestro yo interior ni a alcanzar ninguna meta, simplemente queremos cumplir nuestro sueño, sin más aspiraciones que descubrir y disfrutar; incluso ni podemos asegurar que vayamos a realizar todo el viaje en bici, realmente nos consideramos más viajeros que ciclistas y aunque en estos momentos la bicicleta nos parece la manera perfecta para realizar este viaje, nunca se sabe lo que deparará destino.
En la próxima entrada os contaremos algo más sobre la ruta, solo adelantar que el 16 de enero del 2016 volaremos a Dubai, donde comenzará nuestro viaje en bici.

Tenemos alguna experiencia viajera, tanto con bici como sin ella, pero nada comparable a lo que nos espera los próximos meses. En nuestro blog "Los Viajecicos de Merce y Rubén" podéis conocer algo más sobre nosotros.

Os presentamos al pelotón de "Dos bicis sin destino". Merce y Rubén.

Estos últimos meses estamos contestando siempre a las mismas preguntas sobre nuestro viaje, así que creemos que la mejor manera de explicar, "de que va esto", es responder esas cuestiones que nos plantea la mayoría de la gente.

- ¿Os ha tocado la lotería? ¿Habéis atracado un banco? ¿Pasáis droga?

¿Preguntaríais esto a un amigo que se acaba de comprar, por ejemplo, un Citroen C5 o un Ford Mondeo? El presupuesto del que disponemos para dos años de viaje es más o menos lo que cuesta el modelo más básico de uno de estos coches y os podemos asegurar que la mayoría de los cicloturistas de largo recorrido viajarían con ese dinero por mucho más tiempo que nosotros. 
Hasta el último céntimo de nuestro presupuesto lo hemos ahorrado con nuestro esfuerzo, sin patrocinios ni ayudas, y estamos orgullosos de haberlo hecho en una época en la que precisamente no hemos nadado en la abundancia. Oye... con esto no queremos decir que si algún mecenas quiere desprenderse de unos cientos de euros, no seremos nosotros quien le neguemos el capricho. 
Realmente lo más complicado de conseguir no es el dinero, sino el tiempo; no todo el mundo puede dejarlo todo para marcharse una larga temporada de viaje, en eso nos consideramos afortunados.

¿Y no tenéis miedo?

Si tenemos miedo, miedo a que en un futuro podamos llegar a lamentar no haber realizado este viaje, o al menos haberlo intentado. Dicen que al final de la vida uno se arrepiente mucho más de las cosas que no hizo que de las que hizo, así que esperemos que al menos este sueño no quede incluido en nuestra lista de: "¿Porqué no hice eso?". 
Ya mucho antes de los últimos atentados de Paris, la gente nos advertía de los peligros que nos esperaban en el viaje. Da igual que desconocieran nuestro itinerario, al parecer si viajas lejos y en bicicleta, lo más probable es que te roben,  secuestren o violen. Cuando ya han conocido nuestra ruta y la intención de cruzar Irán, las caras son de: "estos están locos". Lo paradójico es que si pensamos solo con fríos números, sería más peligroso pasar un fin de semana en Paris, Londres o Madrid, que en Isfahan o Teherán.
Si... ya sabemos que no vivimos en un mundo perfecto, pero tampoco es tan terrorífico como nos lo pintan en las noticias, o al menos esa es nuestra experiencia vivida en otros viajes. Por desgracia el verdadero peligro para un ciclista es similar en España que en Kirguistán, cualquiera que haya montado un poco en bicicleta lo conoce. Es mucho más probable morir aplastado por un camión que decapitado por un yihadista.

¿Para hacer algo así habréis entrenado mucho, no?

Aunque estos dos últimos meses hemos intentado coger la bicicleta casi a diario, el último año nos relajamos demasiado y estamos a nivel abueletes del Imserso. Hubiéramos preferido estar en mejor forma física, aunque tampoco nos preocupa demasiado, sabemos que la iremos cogiendo poco a poco y que lo más importante son las ganas. Lo mejor de este viaje es que disponemos de tiempo, así que si un día no se pueden hacer 70 kms, se hacen 30... o ninguno.
 

¿Y cuando volváis, qué?

No se, supongo que no se va acabar el mundo por ausentarnos una temporada. Queremos pensar solo en el viaje sin ir mucho más allá.